El estado de ánimo de cada persona cambia en distintos momentos de su vida. Si padeces trastorno bipolar, puedes experimentar periodos en los que tu estado de ánimo cambia significativamente. Entonces, se produce un periodo de depresión, manía o hipomanía. Entre ellos hay periodos saludables, que suelen durar varios años.
Los periodos se denominan recidivas o episodios de enfermedad. Durante un episodio maníaco o hipomaníaco, estás considerablemente más activo de lo habitual y puede que te sientas muy excitado. Por el contrario, puedes tener periodos en los que estés deprimido de forma persistente y sientas que su nivel de actividad está muy reducido.
Los ciclos de recidivas pueden variar de una persona a otra en función del tipo de trastorno bipolar que padezca.
Al menos en las primeras fases de la enfermedad, las recidivas pueden desencadenarse por acontecimientos externos, estrés y tensiones generales.
Los primeros síntomas suelen aparecer en la adolescencia o juventud. La enfermedad es para toda la vida, en el sentido de que sigue habiendo riesgo de recidivas, pero con tratamiento se puede estar libre de recidivas durante largos periodos. El riesgo de padecer trastorno bipolar en algún momento de la vida es de uno a dos por ciento y es aproximadamente el mismo en todo el mundo.
La manía y la hipomanía pueden llevar a una pérdida de juicio que afecta a las relaciones, al trabajo y a las finanzas. Por ejemplo, puede que inicies varios proyectos, te vuelvas eufórico, excesivamente sociable y hagas cosas que pueden tener consecuencias más o menos graves. A menudo eres muy activo y necesitas dormir muy poco. Tu confianza en ti mismo es mucho mayor de lo habitual y te puedes molestar si alguien cuestiona tus ideas brillantes, tus enamoramientos, tu vida nocturna o los proyectos que has iniciado.
Hipo viene del griego y significa por debajo de, no completamente. Los síntomas de la hipomanía y la manía son similares, pero la manía es más grave. Si estás maníaco, eres propenso a perder el sentido de la realidad y puedes sufrir psicosis. En la hipomanía, no pierdes el sentido de la realidad y los síntomas son menos graves. Tras los periodos de manía o hipomanía, es frecuente sufrir depresión. La depresión puede llegar a ser tan profunda que se presentan pensamientos y planes suicidas. A veces son tan graves que intentas quitarte la vida.
El principal factor de riesgo del trastorno bipolar es genético. Por tanto, a menudo hay otros familiares o parientes afectados.
Existen subtipos de trastorno bipolar; en general, la enfermedad se divide en tipo 1 y tipo 2. En el tipo 1, has experimentado al menos una manía y normalmente también depresión. En el tipo 2, has experimentado periodos de hipomanía y depresión, pero no una manía más grave.
Si sospechas que padeces un trastorno bipolar debes acudir a un centro psiquiátrico. Allí se realiza una evaluación preliminar. A continuación, se te evaluará para ver si padeces o no trastorno bipolar.
Existe un tratamiento preventivo eficaz y es importante recibirlo, ya que la enfermedad puede afectar a todos los ámbitos de la vida y el riesgo de suicidio es elevado. Necesitas tratamiento médico, tanto para detener las recidivas como para prevenir el riesgo de nuevas recidivas. Tanto tú como quienes te rodean deben ser conscientes de la enfermedad y conocer las señales tempranas para reducir el riesgo de recaídas. Por eso se suele ofrecer formación para ti y tus parientes cercanos.
Es importante mantener un buen diálogo con el terapeuta. Algunas personas necesitan psicoterapia. Otra forma de prevenir nuevos episodios es disponer de un plan de acción en caso de que tú o tu entorno adviertan las señales tempranas de un episodio inminente. También puede ser necesario pedir la baja por enfermedad durante un periodo de tiempo y, en caso necesario, ser hospitalizado.
Verificador de datos: Mikael Landén, catedrático de psiquiatría y jefe de servicio en hospital universitario.
Última modificación: 07 de diciembre de 2023