El estrés es nuestra reacción natural ante situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes. Lo que no debemos olvidar es que también necesitamos recuperarnos. En la sociedad actual —que funciona las 24 horas del día— esto no siempre es evidente, lo que ha convertido el estrés en un problema de salud pública. Lo más importante es frenarse a tiempo, y para ello debemos ser capaces de reconocer las señales de estrés.
El estrés significa que el cerebro y todo el cuerpo se movilizan para responder a una amenaza. Para escapar o defendernos, el corazón late más deprisa y el metabolismo se reorganiza para proporcionar a los músculos energía disponible de inmediato. Los sentidos se agudizan a medida que el cerebro se concentra plenamente en salir de la situación amenazadora.
La respuesta humana al estrés ha sido funcional y necesaria para nuestra supervivencia desde la Edad de Piedra. Sin ella, nuestros antepasados no habrían podido escapar de los peligros de la naturaleza. Incluso hoy en día, cuando el estrés ataca, el cuerpo a menudo piensa que necesita huir o luchar. Esto puede ser problemático en la sociedad actual, donde el estrés suele ser más constante. Es cuando el estrés nos abruma de tal manera que sentimos que no podemos hacer frente a una amenaza, o cuando no se nos da el tiempo para recuperarnos, que la reacción de estrés puede volverse crónica y perjudicial.
Cuánto estrés se puede soportar y de qué tipo varía de persona a persona. En ello influyen la carga de trabajo, la vida personal, el estilo de vida, la edad y la salud. También si perteneces a una minoría, sufres de trastornos neuropsiquiátricos o atraviesa una situación económica difícil, puedes ser especialmente vulnerable al estrés. El estrés suele manifestarse de forma diferente en los hombres que en las mujeres. Las niñas y mujeres declaran más estrés, y están de baja por enfermedades relacionadas con el estrés en mayor medida.
El estrés supone un importante desgaste energético para todo el organismo y, por tanto, puede provocar muchos y variados síntomas. El estrés crónico se caracteriza por ansiedad, aflicción, problemas de sueño, problemas de memoria, dificultad para concentrarse, mal genio, e incluso problemas estomacales y dolores musculares. Otros signos de estrés son que la persona empiece a fumar o a beber más, a comer por causas emocionales o a tomar somníferos.
La recuperación consiste en relajarse para poder reponer la energía que el cuerpo ha gastado. Sin recuperación, la gente se cansa y muchos acuden al trabajo o al colegio cada mañana sin la energía que necesitan para sentirse bien. Si la carga de trabajo es demasiado elevada y prolongada sin una recuperación suficiente, existe riesgo de sufrir síndrome de fatiga crónica. Por lo tanto, es muy importante escuchar las señales del cuerpo y frenar a tiempo.
Tu empleador debe garantizar que tu entorno de trabajo sea bueno y que tengas una carga de trabajo razonable. Desde 2016, existe una normativa de la Dirección Sueca del Entorno Laboral (Arbetsmiljöverket) que establece las obligaciones del empleador.
Después de un esfuerzo relacionado con el estrés, necesitamos tiempo para descansar. Si después del trabajo vuelves a casa para ocuparte de los niños, pagar las facturas y planificar la cena, es posible que no descanses lo necesario. Lo que es reparador varía de una persona a otra; lo importante es que encuentres lo que es adecuado para ti. Por ejemplo, puede ser ir al gimnasio, quedar con amigos, ver la tele, leer un libro, dedicarse a un hobby o cualquier otra cosa que te guste hacer.
El sueño es la forma más importante de recuperación. Los problemas de sueño pueden hacerte más sensible al estrés, a la vez que el estrés es a menudo la causa de los problemas de sueño. Se recomienda dormir entre siete y ocho horas por noche. También es importante tomarse descansos.
Verificador de datos: Walter Osika, profesor asociado, director del Centro para la Sostenibilidad Social del Instituto Karolinska. Especialista en medicina interna, cardiología y psiquiatría, jefe de servicio de Region Stockholm.
Última modificación: 09 de enero de 2024