Acoso

El acoso es frecuente y afecta tanto a niños como a adultos. El acoso no es culpa tuya, pero puede dañar tu autoestima y, en el peor de los casos, provocar problemas de salud mental a largo plazo. Nadie debería pasar por eso. Por eso hay que acabar con el acoso. También hay ayuda disponible para los afectados.

¿Qué es el acoso?

Si te acosan, estás en desventaja de poder. Una o varias personas te someten repetidamente a un comportamiento negativo. Hay distintas formas de acoso, pero todas pueden provocar problemas de salud mental.

El acoso psicológico puede producirse cara a cara a través de miradas, expresiones, risas burlonas, suspiros, o la exclusión constante o marginación del grupo.

El acoso verbal puede consistir en que otras personas se burlan de ti, te dicen cosas feas o te amenazan.

El acoso físico puede incluir puñetazos, patadas, empujones o destrucción de pertenencias. En los colegios, los cuartos de baño y los vestuarios suelen ser zonas inseguras.

El ciberacoso se produce cuando te acosan por internet. Por ejemplo, pueden difundirse comentarios negativos, rumores o imágenes degradantes.

Los adultos también se acosan entre sí. Casi uno de cada diez adultos afirma haber sufrido acoso en el lugar de trabajo, lo que se conoce como acoso u hostigamiento laboral.

El acoso te pone en grave peligro

Si eres víctima de acoso, puede ser que sufras de ansiedad, aflicción y otros problemas de salud mental. También puedes experimentar dolor corporal, por ejemplo en la cabeza o el estómago. El acoso en el lugar de trabajo es la causa de muchas bajas laborales. Entre ellos, son frecuentes los diagnósticos graves tales como el síndrome de fatiga crónica y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).

El acoso afecta a las personas de distintas maneras, pero si eres víctima de él durante un largo periodo de tiempo, existe un alto riesgo de que tu autoestima se vea gravemente dañada. Puede llegar un punto en que acabes creyendo que lo que dicen los acosadores es cierto y que no eres tan bueno como los demás. Esto no es cierto y no es culpa tuya que te acosen.

Es habitual que el acoso evoque sentimientos de vergüenza y culpa, lo que puede dificultar especialmente hablar de lo que está ocurriendo. Pero esos pensamientos pueden hacerte sentir aún peor, solo y avergonzado. Puede que sientas que quieres valerte por ti mismo o que no hay nadie a tu alrededor a quien recurrir. Sin embargo, es bueno que puedas contarle tu situación a alguien de confianza. Esto puede acelerar el cambio y también proporcionarte un mejor apoyo.

¿Dónde puedo acudir?

Si estás en el colegio y tú o un amigo están siendo acosados, puedes hablar con tu profesor, un consejero o cualquier otro adulto que trabaje en el colegio. También puedes hablar con tus padres para que ellos se pongan en contacto con el colegio. Si eres adulto y observas que un niño está siendo acosado en el colegio, debes ponerte en contacto con el personal. Los centros escolares tienen la obligación legal de contar con un plan para hacer frente a las vulneraciones.

No existe una ley sobre el acoso laboral, pero en marzo de 2016 entró en vigor un nuevo reglamento sobre el entorno organizacional y social en el trabajo. Aclara las obligaciones de los empleadores en relación con el acoso laboral. Entre otras cosas, el empleador es responsable de prevenir el acoso laboral.

Si empiezas a sentirte peor, es importante que busques ayuda. Puedes dirigirte al centro de salud o al ambulatorio psiquiátrico. Si te sientes tan mal que tienes pensamientos suicidas, no esperes, busca asistencia de inmediato en un centro de urgencias psiquiátricas o llamando al 112.

Denuncia los delitos a la policía

Si el acoso te convierte en víctima de un delito, debes denunciarlo a la policía. Puede ser agresión, delito de odio o difamación. Pide consejo a la policía.

Todo el mundo puede ayudar

Mostrar coraje civil e intervenir cuando otra persona está siendo víctima es importante para acabar con el acoso en la sociedad. Es mejor actuar de alguna manera que fingir no ver. Hay distintas formas de ayudar a la persona acosada, como decirle al acosador que deje de hacerlo, pedir ayuda a un adulto o contarle después a alguien lo ocurrido. También puedes proporcionar apoyo saludando siempre o sentándote al lado de la persona que se sienta sola.

Verificador de datos: Ylva Bjereld, profesora asociada de trabajo social en la Universidad de Gotemburgo.

Última modificación: 15 de enero de 2024