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Abuso de sustancias y adicción

Las adicciones se deben a múltiples razones y son difíciles de dejar. Crean un gran sufrimiento a quien lo padece, pero también a las personas cercanas. Los mejores amigos de las adicciones son la vergüenza y el silencio: por ello, el primer paso a una vida más saludable puede ser hablar del problema.

¿Qué es el abuso de sustancias?

El abuso de sustancias se refiere al uso de sustancias, tales como el alcohol y las drogas, de un modo que genera daños a la salud y a las relaciones. Cuando el abuso de sustancias se prolonga, existe el riesgo de una adicción.

¿Qué es una adicción?

La adicción al alcohol y a las drogas constituye un problema de salud pública. Tener una adicción implica que es muy difícil dejar o disminuir el consumo abusivo. El cuerpo está habituado al influjo de las sustancias y puede requerir dosis cada vez mayores para alcanzar los efectos deseados. Al no ingerir las sustancias, surgen alteraciones debido a la abstinencia. Las alteraciones debido a la abstinencia pueden surgir por abuso de alcohol, drogas o ciertos medicamentos tranquilizantes, pero también por la nicotina y el café. También se puede desarrollar adicción, por ejemplo, al juego. La sensación es que la adicción está fuera de control y que toda la vida gira en torno a ésta.

La adicción se debe a un cambio crónico en el sistema de recompensa del cerebro. El sistema de recompensa nos motiva a realizar cosas que son importantes para nuestra sobrevivencia, liberando dopamina cuando nosotros, por ejemplo, comemos comida sabrosa, entrenamos o tenemos relaciones sexuales. Al consumir alcohol o drogas, engañamos al cerebro a liberar dopamina de forma artificial. En vez de otorgar una sensación de bienestar natural, puede darnos una sensación de embriaguez, que muchos quieren repetir una y otra vez. Cada persona viene programada de nacimiento con cierto nivel de riesgo de desarrollar una adicción.

¿Cómo afecta la vida diaria?

La adicción puede apoderarse de nuestra vida. Bajo su influencia no existe nada más importante que mitigar la demanda por más. Por ejemplo, es común pensar mucho en el alcohol o las drogas y se comienza a esconder el abuso de la sustancia. Puede afectar el trabajo, la familia, la salud, todas ellas cosas que antes estaban llenas de placer y se consideraban importantes. La adicción puede dañar el bienestar físico y psíquico del afectado, así como el del entorno.

¿Vale la pena buscar ayuda?

La adicción puede sentirse como un fracaso, y acarrear sentimientos de culpa y vergüenza. Es importante recordar que es una enfermedad para la cual existe tratamiento. Mantener el silencio y pretender que el problema no existe, beneficia únicamente a la adicción misma. Los adictos pueden tener dificultades en reconocer que tienen un problema y, en tales casos, los familiares pueden significar un apoyo importante. Comienza a hablar con alguien de tu confianza.

La adicción implica un cambio crónico en el cerebro y, por lo tanto, es difícil de curar. Sin embargo, tratamiento de por medio, es posible aprender a vivir con la enfermedad. Al convertirse en un “alcohólico sobrio” o un “jugador que no juega”, el afectado asume su responsabilidad para que él y su entorno tengan una mejor vida.

¿Qué tratamientos existen?

Si existe una adicción, puedes contactar con un ambulatorio o la atención de salud de tu empresa. Luego de examinar detenidamente tus dolencias, y en caso de existir otro trastorno mental, se podría iniciar una terapia conversacional o un tratamiento farmacológico. También existen centros de rehabilitación donde familiares pueden solicitar ayuda. Un método que ha dado buenos resultados es el denominado programa de los doce pasos. Aún se realizan investigaciones para dar con otras alternativas de tratamiento.